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Tomo el testigo de mi estimada Azo, y dejo una versión de microrrelato formada por 50 palabras. Eso, aunque seguramente el reto empezase en un rincón de algún blog donde ya terminó todo.
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Memoria
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Descubrí que el cielo existía encontrando cabida a su relación con las palabras.
Honor, valentía, admiración, voluntad…
Todas nacieron con tu muerte.
Y pese a que nunca te pude conocer, soñaba con ser como tú.
Espero que no te duela, pero eso era antes.
Ahora…
Quiero parecerme a mi madre.
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Tras Aquiles y su Tortuga 
Esta desconsiderada Azo,solo ha salido de su escondite voluntario, al tintineo de unas palabras mágicas, escritas en el caparazón invisible de una tortuga.
Me asomo para encontrarte junto a unas exquisitas 50 palabras.
Pero no me sorprende :-)
Un beso grande
Mi amiga Azo, tan elegante y distinguida como siempre :)
La palabra no es desconsiderada, ni muchísimo menos. Como mucho, dormida. Soñadora. Pero es un carácter implícito en ti…
Que sepas que esta tortuga, que nunca deja de caminar, siempre aminoraría el paso o daría miles de vueltas, si eso fuese necesario, con el fin de esperar un comentario como el tuyo ;D
Un besazo!